Escrito por: Jc | Categoría: Pontevedra | Publicado el: 08-10-2010
En la zona de El Arenal de Vigo están construyendo la nueva estación de tren, que será provisional mientas en la anterior hacen las obras correspondientes para permitir la llegada del AVE, ese tren que el alcalde juraba y perjuraba que estarÃa en 2012 y ahora creo que los cálculos ya van por 2017. Palabras, ay, con qué facilidad se las lleva el viento…
El caso es que vista la nueva estación no sé, algo me recordaba, algo con mas colores, similar pero mas alegre… no sé, no caigo…
Un aire asà como al Musac de León pero más soso sà que tiene, ¿verdad?
Escrito por: Jc | Categoría: Al este | Publicado el: 08-10-2010
Pues eso, ¿quién no ha sentido alguna vez esa sensación de que el dÃa está gafado? Pongamos un ejemplo, llega uno a un monte perdido en el que ve un cartelito indicando la dirección en que se va a la «Ermita del Santo», en lo alto y con vistas. Coño, qué interesante, esto hay que verlo… compruebo el mapa del cartel y a juzgar por la escala, eso está chupado. Pregunto y ná, un poquito de subida, diez minutos andando. Chupao, esto está chupao. Allá me voy caminando. La parienta, que ya se conoce el percal y no pica en las que pico yo, dice que ella ha venido a hablar de su libro no a cansarse asà que se queda a reposar gentilmente. Ella se lo pierde, si total está aquà al lado… empezamos la subida, inclinación normal. De normal pasamos a notable. De notable pasamos a muy notable. Camino de tierra y piedrecitas que patinan. En un repecho me encuentro con tres que bajan y me dicen que «ya no queda nada». No sé si fiarme… un rato después llego por fin a lo que es la Ermita, en total media hora de caminito en pura subida. El que me dijo que eran diez minutos debÃa tener unas botas de siete leguas o no me lo explico. Sólo pienso en lo bien que hizo una quedándose a disfrutar del paisaje. Y bueno, la «Ermita del Santo» es ésta, aquà permaneció San Millán cuarenta años como ermitaño (o sea, sin internet).
De las vistas no hay queja. Pero claro, llega uno tan cansado que entra, saca la cámara, saca foto, se olvida mirar el resultado y luego en casa, revisándolas, me doy cuenta que una miserable columna espontánea, que de otra forma no se la puede calificar, se me ha colado sigilosamente ante la efigie del santo. Vaya suerte, oiga. Pues os vais a tener que conformar con ésto, porque a mi en esa subidita no me volvéis a pillar…