Y digo yo… ¿quien no ha pasado por Cangas de OnÃs, quién no ha visto el famoso puente romano y quién no le ha sacado unas cuántas fotos a él y la famosa cruz?
Si os cuento que hasta hace bien poco tenÃa por seguro que esto era Ribadesella, manda caray, suerte que tengo a San Google para evitarme el ridÃculo.
La última visita a La Coruña coincidió con la fiestas de MarÃa Pita. En los jardines al lado del puerto estaban colocadas las casetas regionales. Aunque todas estaban de bote en bote, la que mas éxito tenÃa era la de Asturias. Vivan los bollos preñaos, las tostas con queso de cabrales o afogalpitu (queso picante), y sobre todo la sidra. Fresca, barata, natural, rica, cómo nos pusimos, madre mÃa.
Antes de nada reconocer que esta foto no es mÃa, sino de un gran amigo, mejor persona y peor fotógrafo residente en Málaga. A pesar de tener la suerte de su lado y conseguir muy de cuando en cuando alguna imagen agradable para la vista, no podemos olvidar estampas bucólicas como ésta en la que las rocas destacan al atardecer y sobre todo ello, luce clara y rotunda su propia sombra abajo a la derecha. Hemos de agradecer que solo muestre la sombra y no un retrato porque entonces nos costarÃa varios dÃas volver a conciliar el sueño. También hemos de agradecer que no haya puesto un suelo de losetas para fotografiar las rocas con estilo propio. Juan Luis, ésta va por ti.
También conocida como «Tapia de Cada Ciego» porque cada vez que vamos acabamos en un restaurante cerca del puerto donde ponen una comida que te mueres y la sidra está de vicio, asà que venga sidra, venga comida, venga sidra, venga comida, venga sidra… que es de manzana natural y eso no hace daño… cuando te quieres dar cuenta, se te ha subido el gas a la cabeza y hala, risas, juerga, sólo me falta cantar. Es curioso, pero aunque quisiera no podrÃa deciros el nombre del restaurante porque no recuerdo habérselo visto nunca: cuando vamos porque hay un hambre que no veo y cuando salimos, el ciego no me deja mirar…
Un consejo: visitar Tapia de Casariego y alrededores, zona preciosa para darse un garbeo de domingo.
Cada dÃa tengo mas claro que la comodidad y la fotografÃa están reñidas. Cuántos esfuerzos hay que hacer a veces por una buena foto, sea madrugando a horas intempestivas, como saliendo con un vendaval, como soportando temperaturas bajo cero o como este caso, escogiendo subir las mil curvas del viejo puerto de Pajares en vez de la autopista, pero disfrutando a cambio de los colores del otoño sobre las montañas.
